La aldea de Fuentejuela de Arriba ha perdido a casi todos sus habitantes, empresas y servicios públicos. La mayoría de casas están en venta, y el último intento por abrir un albergue rural ha sido un fracaso. Tan solo cuentan con un taller de elaboración de dulces de yema de huevo. Al bajar de 18 habitantes censados, temen que serán anexionados al municipio vecino -y rival- Fuentejuela de Abajo.
Por casualidad llegan al pueblo cuatro africanos subsaharianos que han huido de una trama de explotación sexual y ahora son perseguidos por la Guardia Civil. La protagonista, Tere, les da cobijo y organiza un plan para tratar de repoblar su localidad, pero antes debe conseguir que los vecinos pierdan el miedo a los recién llegados y les integren en sus actividades diarias. Tienen de plazo hasta el domingo, cuando aprovechará la celebración de un funeral para invitar al otro pueblo a que vengan a celebrar una fiesta.
Mientras Shukra comienza a trabajar de camarero en el bar, Calulu aprende a elaborar las yemas, y Azquil y Latisha van acompañando a Tere y Jaime para recoger los huevos casa por casa.