La familia Jones se acaba de mudar a un barrio de renta media muy alta. Cada miembro se dedica a fomentar las relaciones sociales, la madre en el salón de belleza, el padre en el club de golf y el hijo y la hija entre los jóvenes del instituto. Pronto se convierten en el foco de atención del barrio gracias a su personalidad abierta y carismática, aunque de puertas para adentro sus relaciones son muy peculiares porque no son una familia real. Se trata de un equipo de ventas contratado por una gran empresa comercial que practica el “marketing furtivo”, mostrando nuevos productos para crear el deseo y la necesidad de compra en su nuevo vecindario. La madre es la jefa de esta “célula familiar” y consigue grandiosos aumentos en las ventas de esos productos, aunque para el falso padre es su primer contrato y no consigue que sus ventas despeguen. Tras una grandiosa fiesta en su casa y algunos consejos para influir a a personas “prescriptoras”, el padre logra un impresionante 36% de mejora de ventas. Su vecino es el más influenciable y acaba inundando a su esposa de regalos materiales.