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Good Bye Lenin (2003)

Berlín, octubre de 1989. Unos días antes de la caída del Muro, la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas comunistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, su hijo hará lo posible y lo imposible para que no se entere de que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre viva cómodamente creyendo que nada ha cambiado. / TP. +
 
La película ilustra muy bien las diferencias que existen entre los dos sistemas económicos principales. Por un lado, esta historia familiar plantea críticas al sistema de planificación central (también llamado “socialismo” o “comunismo”) por sus parafernalias, burocracia, militarismo y represión popular. Pero por otro lado, tampoco sale bien parado el sistema de economía de mercado, ya que se dejan entrever todos sus defectos: las desigualdades sociales, el paro, los símbolos vacíos y las exaltaciones de las riquezas materiales.

Escuchamos

Christiane es una sacrificada madre que vive en Berlín Oriental, pero cae en una gran depresión cuando su marido huye hacia la Alemania Capitalista, dejándola sola con sus dos hijos pequeños. Diez años después el joven Alex, mientras se manifiesta en las protestas pacíficas contra el Gobierno autoritario, contempla como su madre se desmaya y cae en coma. Unos días después cae el muro de Berlín y la zona comunista pasa a ser capitalista. Alex y su hermana se adaptan rápidamente al modo de vida occidental de libertades y excesos. Lara, la enfermera de origen soviético que cuida a la madre, comienza a salir con Alex.
A los 8 meses despierta la madre, pero los médicos advierten a la familia que su salud es débil y no puede tener sobresaltos (como enterarse de que ya no existe la Alemania Comunista). Entonces Alex decide recrear todo lo antiguo en una habitación, y mantener a su madre encerrada allí para hacerle creer que nada ha cambiado y que siguen inmersos en el sistema de planificación central. Sin embargo, es urgente encontrar la antigua cuenta de ahorros, o de lo contrario, no podrán cambiar el dinero a los nuevos marcos alemanes y lo perderán todo.
La madre vive engañada hasta tal punto que crean una noticia falsa diciendo que la Coca-Cola es una bebida inventada en los países soviéticos.
Por fin recuerda dónde había escondido el dinero, pero cuando van al banco para cambiarlo por la nueva moneda, les dicen que es imposible porque ha terminado el plazo legal. Afortunadamente el novio de la hermana se ha comprado un coche Trabi, así que podrán mantener la mentira de que lo han pagado con los ahorros. 
La hermana sufre un fuerte shock tras servir un menú en el Burger King a su propio padre, que conducía un Volvo e iba con un par de niños en los asientos traseros. 
Un día la madre se atreve a levantarse de la cama y, tras mirar por la ventana, decide salir a la calle.
Alex y su colega de trabajo recrean una noticia en la que cuentan que miles de refugiados han llegado desde la Alemania occidental huyendo del capitalismo.
Llevan a la madre a la “casita” de campo, y allí ella revela que tuvo planes para escapar con su marido pero no se atrevió porque corría el riesgo de perder a sus hijos… lo califica como la mayor equivocación de su vida. Entonces empeora su salud y sufre otro infarto.
Encuentran escondidas las cartas de padre y Alex decide visitarle para convencerle de que vaya al hospital y así cumplir la ultima voluntad de su madre.
Por casualidad, Alex se encuentra al más famoso cosmonauta alemán Sigmund Jähn, que está trabajando de taxista.
Ya en el hospital, Lara le ha contado a la madre toda la verdad, aunque ella disimula hasta que Alex inventa una noticia de reunificación nacional como si el sistema de planificación socialista hubiera triunfado ¿qué dirá su madre?

Observamos

REFLEXIONA SOBRE SU FORMA DE VIVIR EN EL LADO “DEMOCRÁTICO”:
  • Moles de edificios gigantes, sin decoración, con ventanas exactamente iguales, grandes avenidas y enormes plazas donde se celebran desfiles militares, banderas colgadas en las fachadas…
  • No había paro, la madre era voluntaria en los campamentos infantiles, cantaban himnos patrióticos
  • Solo existía una “marca” para cada tipo de producto: pepinillos Spreewald, el coche Trabant o “Trabi”…
  • Una única cadena de televisión (con mensajes del gobierno) y una emisora de radio.
  • No había excesos: obesidad, antenas parabólicas, conciertos transgresores, comida basura, porno
  • Para solicitar ropa especial había que escribir una carta a la Agencia de Planificación
  • La industria espacial americana competía contra la rusa, por ser los primeros en llegar a la luna
  • Hasta el vocabulario era diferente: cosmonauta, camarada, jóvenes pioneros…
  • La gente que escapaba a occidente debía jugarse la vida, y se les consideraba traidores
  • Había familias separadas a ambos lados del muro, que jamás se volverían a encontrar
  • Las personas que se manifestaban pacíficamente para pedir libertad eran reprimidas con violencia

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