Las inversiones de renta variable tienen un resultado imprevisible de antemano y se basan en la PROBABILIDAD de que se cumplan unas expectativas. Por otro lado, en la vida hay muchos riesgos que pueden perjudicar a la riqueza de las personas y las empresas, y cuya probabilidad puede ser calculada en base a sucesos pasados. El sistema financiero ha creado un producto que permite ‘invertir en negativo’, es decir, apostar una cantidad pequeña a que ocurra un siniestro, y si se produce, recibir una cantidad mucho que compense algunas de las pérdidas sufridas. La mayor parte de clientes no sufren el siniestro, pero tampoco recuperan el precio pagado por el seguro.
Una COMPAÑÍA DE SEGUROS o aseguradora es una empresa que ofrece contratos de seguros a las personas y empresas. Consisten en que el cliente o tomador paga una cantidad llamada prima (normalmente anual) y recibe una póliza con las condiciones del contrato y las coberturas que recoge. A partir de ese momento el asegurado tiene cubierto el riesgo de que le ocurra alguno de los siniestros recogidos en la póliza (a si mismo o a sus bienes). A cambio la aseguradora se compromete a pagar una indemnización al beneficiario en caso de que se produzca finalmente un siniestro. Para reducir la cuantía de la prima se puede incluir una franquicia, que es la parte dineraria que el cliente asume pagar en caso de presentar un parte o informe de siniestro.
Algunos de los SEGUROS PARA PERSONAS más habituales son:
Los SEGUROS ÉTICOS entran dentro del concepto de banca ética y algunas de sus entidades son: CAES, ARÇ o SERYES. Todas ellas colaboran con las empresas de economía social y solidaria y garantizan que sus pólizas llevan el sello europeo EthSI (Ethical and Solidarity-based Insurance). Es un distintivo que avala el compromiso social y ambiental de las organizaciones que operan en el mercado asegurador.
Ahora hablamos de otro tipo de riesgos, aquellos que dependen directamente de nuestro comportamiento y reacción ante los intentos de delincuentes por robar dinero. Desde la irrupción de internet, los intermediarios financieros han desarrollado multitud de herramientas online para conectar con sus clientes. A la par han proliferado muchos FRAUDES TECNOLÓGICOS relacionados con el cibercrímen que pretenden acceder a las cuentas o tarjetas bancarias de sus clientes, como por ejemplo:
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Analizamos los riesgos de los productos financieros
< Leemos en voz alta cada uno de los siguientes ejemplos y copiamos en el cuaderno todos los riesgos que nos podrían ocurrir en el futuro. >
1. Inversión: Te has suscrito al canal de un youtuber que cada día intenta convencerte de que hagas un curso para aprender a invertir en criptomonedas y que así lograrás ser un nómada digital con libertad financiera para vivir con los ingresos pasivos que generan tus ahorros.
2. Financiación: Tras ver en televisión un montón de anuncios de créditos rápidos, te han convencido de que puedes obtener 300 € sin comisiones en 30 minutos y sin papeleos. En la letra de tamaño mínimo se advierte que la empresa no es una entidad financiera y por tanto no está sujeta a supervisión por el Banco de España, y que la TAE es del 2.000%.
3. Aseguración: Has oído en la radio la publicidad de una compañía que publicita “si nos llamas, rebajamos el precio de cualquiera de tus seguros” y has copiado el número de teléfono ya que es una empresa con presencia online únicamente.
< Respondemos en gran grupo y, tras sopesar todos los inconvenientes anteriores, tratamos de encontrar alternativas para evitar esos productos financieros. >
5.3. Reconocer la necesidad de examinar detenidamente los productos financieros.
CERTIFICACIÓN ETHSI: LA GARANTÍA DE CONTRATAR UN SEGURO ÉTICO